Montaña de Tindaya
La
diosa Celestis representa el antiguo culto púnico a la diosa Tanit. Escipión el
Africano, para reparar la ofensa infligida a la diosa y al haber sido objeto de
un ritual de protección en la toma de Cartago en el 146 a. C, trasladó su culto a
Roma donde se asimiló al de la Juno africana, denominándose Juno Celestis
Los grabados podomorfos de Canarias, en nuestra opinión, no son más que representaciones de culto a la diosa romana Juno Celestis y por ello, las huellas de pies tan características de la Montaña de
Tindaya podrían estar estrechamente vinculadas a la necesidad de alejar las
fuerzas del mal en las relaciones afectivas o sentimentales, pudiendo ser representaciones de uniones
sentimentales con las que se demanda protección y fertilidad en un nuevo enlace. Pero Juno-Celestis no fue
solo divinidad para la maternidad protectora de las mujeres y los compromisos
sino que además, como
diosa de la fecundidad, ejercía gran
influencia sobre la naturaleza y las lluvias que propician las cosechas.
El culto a Celestis se extendió por todo el imperio romano por imposición imperial, incluido todo el norte de África, y especialmente entre el siglo II y III d. C. San Agustín escribió y condenó este tipo de culto entre los bereberes norteafricanos. Después, tras la islamización, los tuareg han seguido tallando las huellas que hoy se encuentran especialemte en Túnez, Argelia, Marruecos y Mali. H. Lhote se refiere a ellas dándoles cierto carácter de ritual de protección.
Por tanto, si el culto a Celestis nos llegó a Canarias, lo hizo a través de poblaciones bereberes ya romanizadas.
Culto romano a la diosa Celestis