jueves, 30 de enero de 2020

TINDAYA Y CELESTIS

Montaña de Tindaya
 
 
           La diosa Celestis representa el antiguo culto púnico a la diosa Tanit. Escipión el Africano, para reparar la ofensa infligida a la diosa y al haber sido objeto de un ritual de protección en la toma de  Cartago en el 146 a. C, trasladó su culto a Roma donde se asimiló al de la Juno africana, denominándose Juno Celestis
          Los grabados podomorfos de Canarias, en nuestra opinión,  no son más que representaciones de culto a la diosa romana Juno Celestis y por ello,  las huellas de  pies tan características de la Montaña de Tindaya podrían estar estrechamente vinculadas a la necesidad de alejar las fuerzas del mal en las relaciones afectivas o sentimentales, pudiendo ser  representaciones de uniones sentimentales con las que se demanda protección y fertilidad  en un nuevo enlace. Pero Juno-Celestis no fue solo divinidad para la maternidad protectora de las mujeres y los compromisos sino que además, como diosa de la fecundidad, ejercía  gran influencia sobre la naturaleza y las lluvias que propician las cosechas.
         El culto a Celestis se extendió por todo el imperio romano por imposición imperial, incluido todo el norte de África, y especialmente entre el siglo II y III d. C. San Agustín escribió y condenó este tipo de culto entre los bereberes norteafricanos. Después, tras la islamización, los tuareg han seguido tallando las huellas que hoy se encuentran especialemte en Túnez, Argelia, Marruecos y Mali. H. Lhote se refiere a ellas dándoles cierto carácter de ritual de protección.
          Por tanto, si el culto a Celestis nos llegó a Canarias, lo hizo a través de poblaciones bereberes ya romanizadas.
 
 
Culto romano a la diosa Celestis